Suavidad nocturna
Salí de aquella fiesta muy molesta. El idiota que se suponía era mi novio, había decidido que no sería mala idea besar apasionadamente a otra mujer en la habitación del anfitrión, estando su pareja en el porche bebiendo sangría. No es que la idea de él con otra fuera mala, pude haberme unido, sino fue el hecho de mentir y pretender que no lo había hecho o que yo no lo notaría. Lo busque y al abrir ahí estaba, acariciando los senos pequeños y firmes de la chica, desnudos y tal vez cálidos. Caminé hasta el centro, en ese entonces no habría problema, eran las 10 pm, la noche joven y yo con ganas de beber hasta olvidar que algunos hombres no valen la pena. No estaba triste, solo molesta. Tan irritada que no me incómodo caminar con stilletos y mini falda a escasos 2c°. A los 15 minutos ya estaba entre letreros de neón y esos animales nocturnos que deambulan cada fin de semana en busca de un poco de vida entre rutina. Mentiría si dijera que supe a donde ir, ni lo pensé, vi un letrero lumin